¿Sabías que puedes contar historias con tus fotos? Cada imagen es capaz de transmitir emociones o un sinfín de cosas y no solo se trata de la composición de colores y formas, debes estar atento a otros aspectos:
Contexto físico
Se trata del lugar donde se toma la foto. Puede ser una ciudad, el salón de una casa, una calle, etc. La idea es que la naturaleza del sitio se pueda deducir de forma sencilla, es decir, que las personas reconozcan dónde fue capturado ese momento.
Contexto emocional
Es importante definir las emociones predominantes que vayan a transmitir las fotos. Por ejemplo, alegría, ira, miedo, aversión, sorpresa, tristeza, etc.
El sujeto principal de la imagen debe ser capaz de representar dichas emociones principales que, junto a otras que variarán según el entorno, captarán rápidamente la atención de quienes vean la foto.
Contexto temporal
El momento en que se toma una foto también es capaz de combinarse junto al resto de los elementos de la imagen para contar una historia. En general, este aspecto suele transmitir una gran carga narrativa.
La idea es que tu imagen exprese el momento exacto del día en que se tomó, ya sea al atardecer, amanecer, anochecer o que tenga alguna referencia sobre la hora, el año, el clima, etc.
Por ejemplo, un joven repartiendo periódicos es símbolo de la mañana, mientras que un pavimento mojado significa día lluvioso. Tú eliges si quieres que la referencia sea explícita o implícita.
Elemento protagonista
Para contar una historia es necesario que aparezca un protagonista. Asegúrate de que resalte en la foto, ya sea una mascota, un objeto, una persona o cualquier otro elemento.
Usa las reglas de composición fotográfica explicadas en el módulo 1 y los ángulos de la cámara para que el sujeto de la foto sea deducible fácilmente.