La invención del teléfono móvil tuvo que venir acompañada de un entramado tecnológico para conectar los dispositivos entre sí. En una frase, la tecnología 5G propone un avance en la manera en que los dispositivos inteligentes se comunican. Por ende, afecta de manera directa el cómo nos comunicamos.
Vivimos en un mundo cada vez más tecnológico, donde la ciencia ficción de las generaciones pasadas va formando parte de nuestra realidad. El último avance en el campo de las telecomunicaciones es una prueba más de ello. Veamos de qué trata esta nueva tecnología de telefonía móvil.
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De qué hablamos cuando hablamos de tecnología 5G
La tecnología 5G comenzó a implementarse en el 2018 y hoy cuenta con presencia en más de 70 países y cientos de millones de usuarios. De hecho, se estima que para finales de 2022 se superen los mil millones de usuarios. La rapidez con que se popularizó rompió cualquier récord de las redes de datos pasadas.
Es decir, hablamos del sistema que posibilita la conexión entre millones de teléfonos inteligentes. Pero, ¿acaso la red 4G no cumplía esta misma función? En efecto. Ahora bien, no se trata del qué, sino del cómo estamos conectados y no lo estábamos antes.
Si hay algo que ocurre con las nuevas “generaciones” o “actualizaciones” del entorno tecnológico es que tienden a pasar desapercibidas. O se ignora lo que realmente suponen. Es una especie de acción con peso de pluma para las masas. Ahora, acerquémonos a la tecnología 5G.
Aspectos básicos de la nueva red móvil 5G
Lo primero que podemos decir de la tecnología 5G es que trae “más beneficios que problemas”, como describió la National Geographic de España. Pero, ¿de qué trata en realidad? ¿De qué modo interviene en nuestro día a día? ¿Cuáles son los “beneficios” y a qué se refieren con “problemas”?
Más rápido y en menos tiempo
A esta nueva tecnología la caracterizan dos principales mejoras: mayor velocidad y menor tiempo de espera. En el lenguaje adecuado, hablaríamos de tasa de datos y latencia. Con una velocidad de hasta 10 GBps y una latencia de 1 milisegundo, las comunicaciones en tiempo real se acercarían a una conversación frente a frente.
Un ejemplo de estos datos muy utilizado es el cómo mejorará la toma de decisiones en los vehículos inteligentes. Es decir, vehículos autónomos, sin conductor. Con la tecnología 5G la información tardará tan poco en llegar a su sistema que el tiempo de respuesta será prácticamente inmediato.
Ahora somos más
Con mayor capacidad para transmitir datos, mayor cantidad de dispositivos conectados. Esto no solo quiere decir que incluso 100 dispositivos podrán conectarse a un mismo entorno de red, sino que también se extenderá la mano robótica. Pongámoslo así: más objetos inteligentes que podrán conectarse entre sí.
Campos de radiofrecuencia y la salud del ser humano
Siempre ronda alrededor de estos temas el tema de la salud. La misma OMS se ha encargado de disipar cualquier duda y poner fin a la cadena de fake news al respecto. Esta asegura que, hasta la fecha, ninguno de los estudios realizados han demostrado “riesgo de cáncer o de cualquier otra enfermedad”.
Más allá de una red móvil
Hay un cambio fundamental en el enfoque que se dio a la tecnología 5G: no fue pensada solo para smartphones. ¿En qué sentido? No mejora un simple sistema de comunicación entre móviles, sino que abre un campo mucho más extenso. Permite observar un mundo diferente.
Podemos pensar en el vehículo autónomo. Pero eso ya lo habíamos leído en alguna parte. El mundo a nuestro alrededor cambia, el paradigma es otro. Más allá, podemos ver:
- Automatización industrial más desarrollada.
- Aspectos del área de la salud podrán darse de manera remota (incluso cirugías).
- Abre la oportunidad a la realidad virtual de tener más protagonismo.
En verdad, sería difícil enumerar todos los impactos y cambios que trae la tecnología 5G. Pero en suma, la comunicación como idea evoluciona. Este instrumento pasa de servir solo al humano para servir a los dispositivos inteligentes. Es el principio del futuro.
La tecnología 5G frente a las generaciones anteriores
Una mirada al pasado nos permite entender un poco mejor el impacto que este tipo de tecnología ha tenido en nuestras vidas. A partir de 1983, al Motorola fabricar el primer teléfono móvil, podemos hacer recuento de las funciones de la red móvil a lo largo del tiempo.
Al principio, el teléfono móvil tenía una sola función: que nos comunicáramos en la distancia. Que nos llamáramos con este dispositivo. Esto se logra a través de la 1G. Luego, la segunda generación marca la entrada al mundo digital. La 2G permitió reducir el tamaño de los dispositivos móviles e introdujo la mensajería instantánea.
Con la siguiente generación, la tecnología 3G, el mundo empieza a adquirir los colores de la modernidad actual. Ahora se tiene acceso a internet y podemos comenzar a hablar de smartphones. A través de este camino de nuevas funciones, para la antecesora de la 5G tenemos un todo en uno.
Con la tecnología 4G el contenido multimedia pudo pasar a ser parte de nuestra normalidad. Es decir, el contenido más pesado. Se aumentó la velocidad y redujo la latencia (como ahora la 5G). Y, entre sus invenciones, hizo posible la aparición del streaming con una estabilidad respetable.
El gran sucesor del 4G, una red que no hemos olvidado
En realidad, aún hay una buena cantidad de espacios en el mapa sin acceso a la tecnología 5G. Sobre todo los más vulnerables en materia económica. Por eso, aunque sean millones de millones los usuarios conectados a esta nueva red, todavía no se puede hablar de “cambio total”.
En esencia, la red 5G vino a mejorar todo nuestro entorno inteligente. Es un paso al mundo de las máquinas automatizadas, de la comunicación inmediata con una estabilidad antes no vista. La tecnología 5G es un pie sobre el futuro que nos espera. Eso tiene de especial, aunque a veces pase desapercibida.